Por Elena Lunyova
Claro que es un tema bastante delicado y polémico, pero a veces he pensado que vale la pena hablar de ello, entre otras cosas para entenderlo de forma clara y realista, dejando atrás opiniones precipitadas y prejuicios.
¿Que pasa cuando un emigrante viene a España? Por supuesto, además de sus ilusiones y planes, trae tambien sus pequeños y grandes problemas, sus costumbres, su cultura y lo demás. Empezando a vivir entre las personas autóctonas, comienza a integrarse de alguna forma. Por supuesto, conservando sus costumbres. Si son costumbres buenas, de esta forma también se enriquece la cultura local, proporciona a sus nuevos amigos nuevas experiencias y puntos de vista; si es una persona humilde, probablemente empezará a hacer el trabajo que no interesa a otras personas pero que que sí que está disponible. Si, por el contrario, es una persona adinerada, podría hacer inversiones en España, abrir su propia empresa y crear nuevos puestos de trabajo. Desde luego, ambos pagan impuestos, que es muy positivo, especialmente en estos tiempos. Si es un turista residencial, que solo pasa algún tiempo entre nosotros, también paga sus impuestos y gasta aquí su dinero, ambas cosas muy convenientes. Entonces, sumando lo minimo que he expuesto, se puede concluir, que no es nada negativo. Muy al contrario, hay que facilitar este tipo de inmigración.
Pero siempre existe un lado negativo, al cual normalmente destaca más. Por ejemplo: la delincuencia en estos colectivos, la forma más destructiva de convivencia. ¿Qué remedio tenemos contra ello?:el cumplimiento de la ley. La intolerancia solo se debe aplicar en ese caso, intolerancia al que no respete las normas de convivencia, buscando soluciones que lo eviten.
Y mientras tanto, no podemos perder de vista como positivo en estos tiempos, el hecho de que facilitar la inmigración “sana” nos proporciona unas mejoras económicas que son tan necesarias ahora como cualquier otra medida.La flexibilidad de los bancos a la hora de conceder créditos a extranjeros dispuestos a crear puestos de trabajo y la agilidad en los procesos burocráticos para estos ciudadanos en cuanto a su regularización es fundamental. En fin, son muchos aspectos los que chocan día a día con las buenas intenciones de éstos inmigrantes, sin darnos cuenta que este tipo de obstáculos que se les presentan nos perjudican a todos.
¿Que pasa cuando un emigrante viene a España? Por supuesto, además de sus ilusiones y planes, trae tambien sus pequeños y grandes problemas, sus costumbres, su cultura y lo demás. Empezando a vivir entre las personas autóctonas, comienza a integrarse de alguna forma. Por supuesto, conservando sus costumbres. Si son costumbres buenas, de esta forma también se enriquece la cultura local, proporciona a sus nuevos amigos nuevas experiencias y puntos de vista; si es una persona humilde, probablemente empezará a hacer el trabajo que no interesa a otras personas pero que que sí que está disponible. Si, por el contrario, es una persona adinerada, podría hacer inversiones en España, abrir su propia empresa y crear nuevos puestos de trabajo. Desde luego, ambos pagan impuestos, que es muy positivo, especialmente en estos tiempos. Si es un turista residencial, que solo pasa algún tiempo entre nosotros, también paga sus impuestos y gasta aquí su dinero, ambas cosas muy convenientes. Entonces, sumando lo minimo que he expuesto, se puede concluir, que no es nada negativo. Muy al contrario, hay que facilitar este tipo de inmigración.
Pero siempre existe un lado negativo, al cual normalmente destaca más. Por ejemplo: la delincuencia en estos colectivos, la forma más destructiva de convivencia. ¿Qué remedio tenemos contra ello?:el cumplimiento de la ley. La intolerancia solo se debe aplicar en ese caso, intolerancia al que no respete las normas de convivencia, buscando soluciones que lo eviten.
Y mientras tanto, no podemos perder de vista como positivo en estos tiempos, el hecho de que facilitar la inmigración “sana” nos proporciona unas mejoras económicas que son tan necesarias ahora como cualquier otra medida.La flexibilidad de los bancos a la hora de conceder créditos a extranjeros dispuestos a crear puestos de trabajo y la agilidad en los procesos burocráticos para estos ciudadanos en cuanto a su regularización es fundamental. En fin, son muchos aspectos los que chocan día a día con las buenas intenciones de éstos inmigrantes, sin darnos cuenta que este tipo de obstáculos que se les presentan nos perjudican a todos.
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