18.9.09

La Veu del Poble. Gripe o influenza: la epidemia del año 1918

Por Francisco Sanchis Gadea
Algunos historiadores aseguran que el nombre de “influenza” data del siglo XV cuando una enfermedad de origen vírico se propagó por Italia, atribuida a una influencia o influjo de las estrellas. Desde entonces ha sido la causa de varias epidemias o pandemias periódicas y ha provocado la muerte de millones de seres humanos.
En el otoño de 1918 se produjo la mayor epidemia producida por esta enfermedad y a pesar de tratarse de una “simple gripe” – diríamos ahora- produjo cientos de miles de fallecimientos en todo el mundo. Se la conoció como “gripe española” aunque se inició en Estados Unidos y fue exportada al continente europeo por los soldados norteamericanos desplazados al conflicto bélico mundial.
Esta gripe o influenza se extendió, en poco tiempo, por ambos continentes infectando a millones de personas. La causa de esta difusión extraordinaria se debió a que la transmisión del virus se efectuaba principalmente por las vías respiratorias. Las bacterias que difundían los afectados al toser o estornudar penetraban en el organismo por boca o fosas nasales de los individuos expuestos a su alcance provocando el contagio y se ha comprobado que las infecciones que se contagien por esta vía tienden a propagarse de forma exponencial. Al tratarse de un virus nuevo contra el que no se tenían defensas la progresión se produjo de forma matemáticamente perfecta. Su desarrollo era corto, altamente infecciosa, desde el periodo de incubación se manifestaba en los que la contraían con síntomas de malestar general, cansancio, dolores de cabeza, tos seca y un aumento brusco de la temperatura corporal, falleciendo algunos de ellos durante su evolución o con posterioridad cuando surgían otras complicaciones.
En España el número de víctimas directas sobrepasó las 150.000, cantidad que se vio duplicada al contabilizar las producidas por otras enfermedades derivadas de la gripe como bronquitis, nefritis o tuberculosis pulmonar.
La enfermedad conocida en esta comarca de la Marina como la “cucaracha” apareció por estas tierras a finales de agosto de 1918 y se prolongó hasta enero de 1919, afectando a jóvenes de entre 20 y 25 años. No esta claro como llegó aunque algunas hipótesis afirman que la introdujeron los braceros que retornaban a sus pueblos al finalizar la siega de arroz en la Ribera del Jucar.
La etiología de la enfermedad así como su mecanismo de transmisión eran desconocidos. Los médicos trataban de combatir el extraño virus con los escasos medios de que se disponía. Se prescribía beber agua en abundancia y guardar cama administrándose febrífugos como la antipirina y la quinina complementados con las cataplasmas y los sudoríferos.
A principios de octubre se recrudece la enfermedad agravada por la hambruna de aquellos momentos. La vida social de los pueblos se paraliza, en las escuelas no se imparten clases y además de las medidas de tipo sanitario y de higiene personal, se daban algunas recomendaciones como evitar el contacto con las manos y el beso, adoptándose otras medidas de desinfección como el blanqueo con cal de fachadas y habitaciones de las viviendas donde había enfermos principalmente donde había ocurrido algún óbito. Probablemente todas estas medidas sanitarias y de prevención dieron algún resultado pero estoy convencido que desapareció de forma espontánea. A principios de diciembre en esta comarca de la Marina estaba prácticamente extinguida.
En 1933 se consiguió aislar el virus de la influenza desarrollándose la primera vacuna a principios de la década de los cincuenta. Actualmente, a pesar de los avances con que se dispone, el número de afectados es elevado produciéndose altas tasas de hospitalizaciones con varios fallecimientos cada año, sobre todo en grupos de riesgo como los niños, ancianos y enfermos.
La nueva gripe, gripe A, producida por el virus H1N1 es una variante más agresiva. No hay que crear alarma social pues la tasa de letalidad es baja al responder, generalmente, a los tratamientos antivirales aunque su evolución y la efectividad de la vacuna son, actualmente, impredecibles.

No hay comentarios: