Redacción
Desde el pasado julio ya conocemos el nombramiento de D. Ricardo Juan García como nuevo párroco de la Iglesia Arciprestal San Juan Bautista de Callosa d’En Sarriá y administrador parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción de Guadalest. Aunque D. Ricardo ya se encontraba por Callosa d’ en Sarrià, solo el pasado sábado 17 de Agosto tuvo lugar la ceremonia de toma de posesión, así como la presentación del nuevo Vicario, Rvdo. D. José Manuel Poveda Ruvira. El acto estuvo precedido de una ofrenda a la “Mare de Deu de les Injuries” en la capilla de la Plaça del Convent. La redacción de Noticias D´Aci ha querido entrevistar y conocer major al Nuevo “Retor de Callosa”.
Desde el pasado julio ya conocemos el nombramiento de D. Ricardo Juan García como nuevo párroco de la Iglesia Arciprestal San Juan Bautista de Callosa d’En Sarriá y administrador parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción de Guadalest. Aunque D. Ricardo ya se encontraba por Callosa d’ en Sarrià, solo el pasado sábado 17 de Agosto tuvo lugar la ceremonia de toma de posesión, así como la presentación del nuevo Vicario, Rvdo. D. José Manuel Poveda Ruvira. El acto estuvo precedido de una ofrenda a la “Mare de Deu de les Injuries” en la capilla de la Plaça del Convent. La redacción de Noticias D´Aci ha querido entrevistar y conocer major al Nuevo “Retor de Callosa”.
D. Ricardo Juan García es natural de Castalla, lugar de donde es su familia y donde paso su infancia junto a sus dos hermanas y sus padres. En la familia de D. Ricardo siempre hubo un ambiente religioso, lo que le facilitó participar activamente y formar parte de la parroquia. ¿Como llega la llamada del señor? - le preguntamos -: - yo nunca me había planteado ser cura, hasta que en una convivencia con 18 años me plantee por que no podía ser así. D. Ricardo pasaría algún tiempo reflexionando sobre ello, incluso tuvo tiempo de hacer la “mili”, periodo que le ayuda a comprender que quería hacer con su vida. Poco a poco se fue dando cuenta de que su vocación era seguir a Cristo y así llegaría el momento. Desde muy joven ya sabe lo que es trabajar, y desde los 14 años lo hizo en la industria del juguete, en su pueblo. El dejar los estudios joven le lleva a entrar en el seminario con 19 años y continuar sus estudios. Aún con una diferencia de edad notable con sus compañeros, Ricardo lo recuerda como una gran experiencia: - mis compañeros tenían siete años menos que yo, eran adolescentes y yo ya un joven, pero fue una etapa muy bonita. A los veinticinco años ya estaba preparado para hacer la Selectividad y estudiar la Carrera. En 2001, Ricardo Juan García cumple con su deseo y se ordena en la parroquia de Novelda. A partir de ese momento el Obispo de la Diocesis Orihuela Alicante ya tenía planes para él. D. Ricardo nos cuenta que “cuando uno se prepara para ordenarse como sacerdote, siempre piensa en un pueblo, en una parroquia... Sin embargo, el Obispo, Don Victorio me pidió que fuera de profesor a un colegio, de formador, un colegio casi con dos mil alumnos, al que llegue con otro compañero de Vicerrector y como encargado del internado. Ahí estuve 5 años. A la vez compaginaba el colegio con una parroquia en una pedanía de Orihuela”. Pero Ricardo ademas llevaba la pastoral universitaria de Orihuela, una cofradía... la actividad de este recientemente ordenado sacerdote era enorme. Y este periodo lo considera como una primera etapa, que nada tiene que ver con la siguiente, y que D. Ricardo ni podía imaginar: - transcurridos esos cinco años el Obispo me pide que me marche a Roma a estudiar, ya que necesitaban un profesor para el seminario y había pensado en mi. Ricardo se ve haciendo las maletas y preparandose para pasar dos años en Roma, con una vida muy distinta, dedicada al estudio de Teología Moral en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y viviendo con otros sacerdotes en el Colegio Español. D. Ricardo - le preguntamos - ¿que diferencia entre estar en Orihuela y de pronto verse en Roma?: - fue una experiencia muy bonita, pero un contraste muy fuerte. Por una parte porque habia tenido cinco años con un ritmo frenético, con mucho trabajo. Pero cuando llegas a Roma, te das cuenta que tu ocupación es estudiar y estudiar, y por muchas horas que dedique a eso, antes hacía muchas mas cosas. Por otra parte, pasas de un colegio donde tu eres el responsable, a no tener ninguna responsabilidad mas que estudiar y rezar. Finalmente pasas de convivir con profesores y alumnos a hacerlo solo con gente adulta. Y todo ello cambiando de una ciudad pequeña, como Orihuela, a una gran ciudad como Roma, en un momento en que el Papa Benedicto acababa de ser elegido. D. Ricardo encontró en Roma algo muy importante que destaca en la entrevista: - me llamo mucho la atención ver todo tipo de creyentes, la iglesia universal se palpaba allí ... A la vuelta de Roma, a D. Ricardo le esperaba una nueva responsabilidad: la de formador y posteriormente Rector del Seminario, donde completó seis años en dichas funciones, lo que incluye no solo la formación de las vocaciones o la vida interna del mismo, sino también la conservación de un edificio de mas de trescientos años. Los últimos ocho meses los dedicó, otra vez por petición del Obispo, a volver a las antiguas y primeras parroquias, para proponerle finalmente ser párroco de Callosa d´en Sarrià: “cuando el Obispo me propuso venir, le dije enseguida que sí. Ademas lo hace con un Vicario que fue alumno mío, y además valenciano parlante, pues para mí fue todo una sorpresa muy grata”. Y es que D. Ricardo no solo es valenciano parlante, sino gran amante de la fiesta de Moros y Cristianos, y ambas cosas le recuerdan su tierra natal, sus raíces. “Mis padres decían que en este pueblo han de ser muy parecidos a nosotros y además yo provengo de una familia festera hasta la médula”, nos comenta D. Ricardo. Cuando le preguntamos sobre sus planes para Callosa d´en Sarrià, D. Ricardo nos expresa claramente sus prioridades: “a corto plazo me planteo solo dos cosas: conocer no solo a la gente de la parroquia, sino a todo el pueblo. Yo soy consciente que soy el cura del pueblo, respetando obviamente las creencias de cada uno, pero debo estar a disposición de todos. El segundo objetivo es intentar continuar la labor de mis compañeros, sin grandes modificaciones, y con el tiempo y la ayuda de todos, intentando corregir aquello que sea necesario. Si que tengo dos retos importantes y que tendré que ir trabajando poco a poco. El primero es el tema del asilo, pues me preocupa mucho la marcha de las hermanas. Estamos en un momento en que se puede hacer cierta presión social para replantear la salida de las monjas y quiero participar en ello. El segundo gran reto es el de la restauración de la iglesia. Los ultimos estudios del edificio nos dice que tiene grandes problemas estructurales, mas por fuera que por dentro. Estamos en la fase técnica de conocer con exactitud sus deficiencias. He percibido claramente que existe ese problema, que es muy serio y que hay que abordar poco a poco entre todos. Como parroco me toca encabezar esa reforma que necesita. No quiero olvidarme de prestar el máximo apoyo a Cáritas y potenciarla, que se que esta haciendo un esfuerzo enorme en estos difíciles momentos”.
Agosto va llegando a su fin, y D. Ricardo ya sabe que las fiestas están a la vuelta de la esquina. Nos dice que “por lo pronto habrá que disfrutar de las fiestas, porque todos me dicen que hasta después de las fiestas, nada” (sonrie). Y lleva toda la razón.
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