Por Susana Crea, licenciada en Farmacia UBA, Universidad de Buenos Aires
En mis tiempos le llamabamos batidos o licuados y el plátano con leche era la estrella…Ahora le llaman smoothies….típicos de la cultura Americana y nacidos en los años 30…los hay de todo, en todos los supermercado y en todos los países, una alternativa al zumo, yogur, o bebida tentempié en las grandes ciudades.
Hace varios años, cuando no conocía el famoso “smoothie” me asombraba ver en cómo los consumían los jóvenes en Londres, sobre todo durante el lunch para volver luego al trabajo...me asombraba también el precio, pero la verdad estaban buenísimos! Ahora ya son communes en todos nuestros supermercados pero creo que la alternativa casera es mucho más económica y puede dar rienda suelta a nuestra imaginación. El secreto es la variedad, la combinación y el sabor de la fruta fresca con nada de azúcar..
Incorporarlos en nuestra dieta y la de nuestros niños en cualquier momento del día es una alternativa muy sana a los batidos de brick, los zumos de brick y las meriendas brick!
Algo diferente:
- ½ plátano;
- 500 cc zumo de naranja;
- 2 cucharas de jengibre rallado (solo el zumo);
- 1 mango;
- cubitos de hielo
Como prepararlos:
Primero que todo decidan el sabor principal, después la temperatura con la que quieren servirlos, la consistencia final que desean y, por último, su aporte calórico.
Bases:
Todo tipo de frutas frescas, congeladas o en conserva.
Cuerpo:
Leche o yogurt en todas sus versiones y si tienes calorías para derrochar: helados, zumos naturales o envasados, en fin, todo vale hasta los smoothies con café, al gusto de capucino, con cacao, horchatas…etc. etc.
Me chiflan especialmente los que combinan frutas del bosque, si no son frescas, las que encontramos en los congelados de los supermercados van de maravilla…
En resumen, los smoothies son una alternativa excelente para nuestros encuentros con amigos o una merienda de los niños, incluso en un cumpleaños…bien decorados, con rodajas de limón, una fresa o lo que tu imaginación decida! Lo más importante: tener siempre fruta fresca o congelada en casa!
Hace varios años, cuando no conocía el famoso “smoothie” me asombraba ver en cómo los consumían los jóvenes en Londres, sobre todo durante el lunch para volver luego al trabajo...me asombraba también el precio, pero la verdad estaban buenísimos! Ahora ya son communes en todos nuestros supermercados pero creo que la alternativa casera es mucho más económica y puede dar rienda suelta a nuestra imaginación. El secreto es la variedad, la combinación y el sabor de la fruta fresca con nada de azúcar..
Incorporarlos en nuestra dieta y la de nuestros niños en cualquier momento del día es una alternativa muy sana a los batidos de brick, los zumos de brick y las meriendas brick!
Algo diferente:
- ½ plátano;
- 500 cc zumo de naranja;
- 2 cucharas de jengibre rallado (solo el zumo);
- 1 mango;
- cubitos de hielo
Como prepararlos:
Primero que todo decidan el sabor principal, después la temperatura con la que quieren servirlos, la consistencia final que desean y, por último, su aporte calórico.
Bases:
Todo tipo de frutas frescas, congeladas o en conserva.
Cuerpo:
Leche o yogurt en todas sus versiones y si tienes calorías para derrochar: helados, zumos naturales o envasados, en fin, todo vale hasta los smoothies con café, al gusto de capucino, con cacao, horchatas…etc. etc.
Me chiflan especialmente los que combinan frutas del bosque, si no son frescas, las que encontramos en los congelados de los supermercados van de maravilla…
En resumen, los smoothies son una alternativa excelente para nuestros encuentros con amigos o una merienda de los niños, incluso en un cumpleaños…bien decorados, con rodajas de limón, una fresa o lo que tu imaginación decida! Lo más importante: tener siempre fruta fresca o congelada en casa!
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