Actualidad religiosa. Adiós a Callosa d’ en Sarrià después de estos casi cinco años de trabajo pastoral

 Por Javier García Barrera, CORC, Párroco de Callosa d´en Sarrià

El 27 de septiembre de 2007, llegaba a Callosa procedente de Écija (Sevilla), lleno de asombro y temor por la nueva encomienda que se me hacía, admiré la grandeza de su Iglesia arciprestal y conocí a la Virgen de las Injurias; me recibió amablemente D. Francisco José Rayos, D. Paco como todos le llamaban y en un par de días me dio todas las indicaciones que pudo para poder tomar el relevo.
 El 29 de septiembre, en una solemnísima ceremonia juraba mi cargo y recitaba el credo ante D, Juan Agost, Vicario Episcopal de la Zona V, comprometiéndome a servir a esta comunidad cristiana con responsabilidad y fidelidad.
 He cometido muchos errores de los que debo pedir perdón, porque no he actuado como fiel discípulo de Cristo Jesús, provocando malestar y dolor a quienes he molestado con mi carácter y dureza de trato; confío en que sabréis perdonarme.
 Estos últimos dos meses, he experimentado un gran respaldo y apoyo de todas las instituciones del pueblo y creo que es momento de agradecer públicamente el detalle que han tenido con la parroquia de Callosa y por ello, conmigo.
 Dios les page y María Santísima de las Injurias os proteja siempre por confiar en mí; primero a D. Alfredo Coria, que ha sido mi mano derecha en este último curso; a los miembros del Consejo de pastoral, de economía y de obras de la parroquia; a la Cofradía de la Virgen de las Injurias; a la Cofradía del Corazón de Jesús; al grupo de Cáritas y al resto de grupos de la parroquia; a la Colonia callosina de Valencia y a las HH. Salesianas.
 Agradecer el respaldo y colaboración del Sr. Alcalde y Corporación Municipal de Callosa d’ en Sarrià; a las Asociaciones de Amas de Casa, de Moros y Cristianos, de Empresarios, Amigos de la Música, de Amigos del órgano y de Bolivianos.
 A quienes de una manera callada y desinteresada hacen posible que nuestra comunidad parroquial vaya adelante; las catequistas, limpiadoras, las que se toman la molestia a pesar de sus años de contar la colecta, lavar los purificadores, manteles y alabas…
A todos los que me dejo sin nombrar, Dios les bendiga, recemos unos por otros. Hasta pronto.