Por Javier García Barrera, CORC, Párroco de Callosa d´en Sarrià
Como ya será un secreto a voces, creo que es mi deber comunicar a toda la comunidad las últimas disposiciones de los superiores de la Confraternidad de Operarios del Reino de Cristo y el acuerdo de la diócesis de Orihuela-Alicante para realizar mi traslado y dar por terminada mi misión en Callosa.
Han sido cinco cursos en los que hemos trabajado por el bien espiritual y moral del pueblo, son muchos los detalles positivos que he recibido desde mi llegada, algunos han sido muy gratificantes y me han llenado de satisfacción porque brotan del trabajo bien hecho y el buen aprecio de la gente que siempre está dispuesta a colaborar.
Ahora son otros compañeros los que continuarán la pastoral y sin duda llevarán adelante todos y cada uno de los grupos, con nuevos impulsos y renovadas ideas. Siempre lo he dicho y ahora lo repito, la Parroquia se hace por el interés y dedicación de todos, no sólo de los sacerdotes.
Soy exigente y muy observador, me interesan hasta los últimos detalles y en ocasiones con cierta obsesión, porque creo que para eso me he consagrado al servicio de Dios y ha sido mi principal ocupación durante este tiempo, en que he hecho todo lo que estaba en mis manos y capacidades para crecer en todos los aspectos.
El cumplimiento fiel de las normas diocesanas, la participación en el plan diocesano de pastoral, los encuentros con el Obispo y las actividades diocesanas, nos han mantenido unidos a las demás parroquias y comunidades de la diócesis, no manteniéndonos aislados, sino en el centro de la vida.
Queda pendiente la Fundación para el mantenimiento y cuidado de la majestuosa e imponente Iglesia Parroquial, espero que pueda ser pronto una realidad que lleve a cabo está importante misión; que los de Plea 4 continúen con la buena labor que van realizando en la restauración del inigualable Órgano de la Parroquia y que la Cofradía de la Virgen, siga adelante en su incipiente funcionamiento para glorificar a Dios a través del culto a su Santísima Madre.
Pronto volveré de las vacaciones para la despedida.
Han sido cinco cursos en los que hemos trabajado por el bien espiritual y moral del pueblo, son muchos los detalles positivos que he recibido desde mi llegada, algunos han sido muy gratificantes y me han llenado de satisfacción porque brotan del trabajo bien hecho y el buen aprecio de la gente que siempre está dispuesta a colaborar.
Ahora son otros compañeros los que continuarán la pastoral y sin duda llevarán adelante todos y cada uno de los grupos, con nuevos impulsos y renovadas ideas. Siempre lo he dicho y ahora lo repito, la Parroquia se hace por el interés y dedicación de todos, no sólo de los sacerdotes.
Soy exigente y muy observador, me interesan hasta los últimos detalles y en ocasiones con cierta obsesión, porque creo que para eso me he consagrado al servicio de Dios y ha sido mi principal ocupación durante este tiempo, en que he hecho todo lo que estaba en mis manos y capacidades para crecer en todos los aspectos.
El cumplimiento fiel de las normas diocesanas, la participación en el plan diocesano de pastoral, los encuentros con el Obispo y las actividades diocesanas, nos han mantenido unidos a las demás parroquias y comunidades de la diócesis, no manteniéndonos aislados, sino en el centro de la vida.
Queda pendiente la Fundación para el mantenimiento y cuidado de la majestuosa e imponente Iglesia Parroquial, espero que pueda ser pronto una realidad que lleve a cabo está importante misión; que los de Plea 4 continúen con la buena labor que van realizando en la restauración del inigualable Órgano de la Parroquia y que la Cofradía de la Virgen, siga adelante en su incipiente funcionamiento para glorificar a Dios a través del culto a su Santísima Madre.
Pronto volveré de las vacaciones para la despedida.
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