3.5.12

Actuaidad religiosa. ¡Oremos por las vocaciones sacerdotales!

 Por Javier García Barrera, CORC, Párroco de Callosa d´en Sarrià

Este pasado domingo IV de Pascua, celebramos el domingo llamado del “Buen Pastor” y el Papa nos invita en su mensaje para la Jornada mundial de oración por las vocaciones, a que trabajemos para que en medio de tantas voces del mundo, los jóvenes escuchen la voz de Dios.
   Esta llamada a amar como Cristo amó, debe nacer en un ambiente propicio y sobre todo en el seno de las familias cristianas.
   El Santo Padre Benedicto XVI en su mensaje nos dice los siguiente: Queridos Hermanos en el episcopado, queridos presbíteros, diáconos, consagrados y consagradas, catequistas, agentes de pastoral y todos los que os dedicáis a la educación de las nuevas generaciones, os exhorto con viva solicitud a prestar atención a todos los que en las comunidades parroquiales, las asociaciones y los movimientos advierten la manifestación de los signos de una llamada al sacerdocio o a una especial consagración. Es importante que se creen en la Iglesia las condiciones favorables para que puedan aflorar tantos “sí”, en respuesta generosa a la llamada del amor de Dios.
   Será tarea de la pastoral vocacional ofrecer puntos de orientación para un camino fructífero. Un elemento central debe ser el amor a la Palabra de Dios, a través de una creciente familiaridad con la Sagrada Escritura y una oración personal y comunitaria atenta y constante, para ser capaces de sentir la llamada divina en medio de tantas voces que llenan la vida diaria. Pero, sobre todo, que la Eucaristía sea el “centro vital” de todo camino vocacional: es aquí donde el amor de Dios nos toca en el sacrificio de Cristo, expresión perfecta del amor, y es aquí donde aprendemos una y otra vez a vivir la «gran medida» del amor de Dios. Palabra, oración y Eucaristía son el tesoro precioso para comprender la belleza de una vida totalmente gastada por el Reino.
Nuestra Parroquia es sacerdotal y no ha dejado de entregar jóvenes al servicio de Dios y de la Iglesia; después de D. Juan Vicente alguien debe ocupar su lugar en el Seminario para que se manifieste la fe y generosidad de Callosa d’ En Sarrià, no sólo en la ayuda material que le distingue en las necesidades del pueblo de Dios, sino también en lo personal.

2 comentarios:

angela dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
angela dijo...
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