Por Javier García Barrera, CORC, Párroco de Callosa d´en Sarrià
Estas Misas, de medianoche, al alba, e in die, están místicamente relacionadas con la distribución judía y cristiana, o al triple “nacimiento” de Cristo: en la Eternidad, en el Tiempo, y en el Alma. Los colores litúrgicos variaban: negro, blanco, rojo. El Gloria era sólo entonado al principio de la primera Misa de ese día. El origen histórico de esta triple Misa, probablemente fue de la siguiente manera: La primera Misa era celebrada en el Oratorium Præsepis en Santa María La Mayor —una iglesia probablemente asimilada desde el principio a la basílica de Belén— y la tercera en San Pedro, reprodujeron en Roma el doble Oficio de Navidad mencionado por Eteria en Belén y Jerusalén. La segunda Misa era celebraba por el Papa en la “capilla real” del Palatino, para los miembros de la corte bizantina, es decir, la capilla de Santa Anastasia, como fue originalmente llamada, al igual que la basílica en Constantinopla, Anastasis, y como ella, fue construida para reproducir la basílica del mismo nombre de Jerusalén —y como ella también, finalmente abandonó el nombre de “Anastasis”, por el de la mártir Santa Anastasia. La segunda Misa fue, por consiguiente, una deferencia que el Papa hacia a la iglesia imperial en su fiesta patronal. Las tres lugares se mantuvieron así, pues, por el año 1143 el Papa dejó de oficiar la tercera Misa en el distante San Pedro, y la empezó a decir en el altar mayor de Santa María La Mayor. En esta tercera Misa, León II inauguró, en el año 800, por medio de la coronación de Carlomagno, el Sacro imperio romano. Este día se convirtió en el favorito para las ceremonias de la corte, y en él, por ejemplo, Guillermo de Normandía fue coronado en Westminster.
Los pesebres, Belenes o Nacimientos
San Francisco de Asís en el año 1223 dio origen a los pesebres o nacimientos que actualmente conocemos, popularizando entre los laicos una costumbre que hasta ese momento era del clero, haciéndola extra-litúrgica y popular. La presencia del buey y del burro se debe a una errónea interpretación de Isaías 1, 3 y de Habacuc 3, 2 (versión “Itala”), aunque aparecen en el magnífico “Pesebre” del siglo cuarto, descubierto en las catacumbas de San Sebastián en el año 1877. El burro en el que Balaam montó, en el misterio de Reims, hizo que la fiesta recibiera el nombre de Festum Asinorum. ¡Feliz Navidad!
Estas Misas, de medianoche, al alba, e in die, están místicamente relacionadas con la distribución judía y cristiana, o al triple “nacimiento” de Cristo: en la Eternidad, en el Tiempo, y en el Alma. Los colores litúrgicos variaban: negro, blanco, rojo. El Gloria era sólo entonado al principio de la primera Misa de ese día. El origen histórico de esta triple Misa, probablemente fue de la siguiente manera: La primera Misa era celebrada en el Oratorium Præsepis en Santa María La Mayor —una iglesia probablemente asimilada desde el principio a la basílica de Belén— y la tercera en San Pedro, reprodujeron en Roma el doble Oficio de Navidad mencionado por Eteria en Belén y Jerusalén. La segunda Misa era celebraba por el Papa en la “capilla real” del Palatino, para los miembros de la corte bizantina, es decir, la capilla de Santa Anastasia, como fue originalmente llamada, al igual que la basílica en Constantinopla, Anastasis, y como ella, fue construida para reproducir la basílica del mismo nombre de Jerusalén —y como ella también, finalmente abandonó el nombre de “Anastasis”, por el de la mártir Santa Anastasia. La segunda Misa fue, por consiguiente, una deferencia que el Papa hacia a la iglesia imperial en su fiesta patronal. Las tres lugares se mantuvieron así, pues, por el año 1143 el Papa dejó de oficiar la tercera Misa en el distante San Pedro, y la empezó a decir en el altar mayor de Santa María La Mayor. En esta tercera Misa, León II inauguró, en el año 800, por medio de la coronación de Carlomagno, el Sacro imperio romano. Este día se convirtió en el favorito para las ceremonias de la corte, y en él, por ejemplo, Guillermo de Normandía fue coronado en Westminster.
Los pesebres, Belenes o Nacimientos
San Francisco de Asís en el año 1223 dio origen a los pesebres o nacimientos que actualmente conocemos, popularizando entre los laicos una costumbre que hasta ese momento era del clero, haciéndola extra-litúrgica y popular. La presencia del buey y del burro se debe a una errónea interpretación de Isaías 1, 3 y de Habacuc 3, 2 (versión “Itala”), aunque aparecen en el magnífico “Pesebre” del siglo cuarto, descubierto en las catacumbas de San Sebastián en el año 1877. El burro en el que Balaam montó, en el misterio de Reims, hizo que la fiesta recibiera el nombre de Festum Asinorum. ¡Feliz Navidad!
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