3.11.11

Arte y cultura. LA NUCIA Y POLOP

Por Francisco Sanchis Gadea

Siempre se ha comentado, con excesivo énfasis, la animadversión que existía entre los pueblos vecinos de Polop y la Nucia pero no se ha explicado los motivos que indujeron a ello. Cuando Beatriz Fajardo de Mendoza fundó el “Nuevo Riego” denominado, años después, “Riego Mayor de Alfaz- le adjudicó, entre otras, las aguas de la fuente de la “Mata” que brotaban en el barranco de Polop. Ocurría en el año 1666 y La Nucia pertenecía a la Baronía de Polop. El aumento de población en la segunda mitad del siglo XVII y el afán de lucro La Nucia pagó 400 libras  de la Condesa Josefa de Puigmarin y Fajardo hija de Beatriz Fajardo y propietaria del señorío desde 1699 fueron el principal motivo de la segregación de la Nucia, respecto de Polop, que tuvo lugar, en teoría, a pesar de la oposición del Procurador General, Tomás Sanz, el 9 de julio de 1705. Al otorgar privilegio de Villa a la Nucia se le concedió un término municipal y, asimismo, la fuente de la “Mata”, pues sus aguas fertilizaban parte de sus tierras y abastecían a su población.
La independencia jurisdiccional de la Nucia, la indefinición en la delimitación de los respectivos términos municipales, el nombramiento de cargos públicos y la concesión de estas aguas dieron lugar a enfrentamientos y pleitos que perduraron, varios años, hasta que, diciembre de 1734, representantes de ambos pueblos firmaron una “falsa” concordia que pretendía solucionar los problemas pendientes. La lectura del documento de definición-delimitación, ofrecía una difícil interpretación pues la Nucia quedaba, sorprendentemente, con un término de mayor extensión y tan solo citaba su acequia de riego que transcurre, en parte, por término de Polop, que debía ser respetada sin mencionar ningún manantial.
Las discordias por la fuente de la “Mata” continuaron puesto que, como hemos referenciado, su nacimiento se situaba y discurría en el término de Polop y sus aguas abastecían a la Nucia. Las roturas de la acequia, para evitar que las aguas discurriesen por su cauce, eran frecuentes.
Décadas más tarde y con motivo de la segregación, respecto de Polop, de Alfaz último pueblo de la Baronía, abril de 1836, que logró formar Ayuntamiento independiente en relación con Polop  se practicó el amojonamiento de los términos de Nucia y Alfaz con intervención de Polop, que definió las líneas divisorias de los tres pueblos con una excepcional ampliación del término de la Nucia pues se anexionaba, de manera incomprensible, el promontorio de “Torrent” que pertenecía a Polop y fijaba una línea recta divisoria que se adentraba, unos metros, en Polop para incluir, en su término, el manantial de la “Mata”.
Al barranco de Polop acudían las mujeres a realizar la colada. En ocasiones lavaban sus ropas en la referida acequia de la “Mata” para ensuciar, intencionadamente, sus aguas que se destinaban al abastecimiento de la Nucia con la consiguiente indignación de sus autoridades. Esta actitud se manifestaba al darse una hostilidad mutua pues el pueblo de Polop no aceptaba esa línea recta que se adentraba en su término. Esta situación originó nuevas disputas y litigios que se incrementaron, notablemente, en 1912 cuando la Nucia construyó un muro de contención para defensa de dicha acequia que fue denunciado por Polop ante el Gobierno Civil sin ser atendido. También, en ocasión de la fiesta del trabajo del 1 de mayo de 1936, los asistentes a la manifestación de la Nucia se desplazaron al barranco de Polop para derribar la construcción de un muro provocando disturbios que obligaron a la intervención de la autoridad gubernativa. Un nuevo intento, 1954, de realizar una excavación para aflorar una mayor caudal de dicha fuente fue paralizado por efectuarse dentro de los límites jurisdiccionales de Polop.
La existencia de la Nucia como municipio independiente produjo, entre los dos pueblos vecinos, un sentimiento de aversión que perduró hasta la década de los años setenta de la anterior centuria. Los dos pueblos han evolucionado y nada tiene que ver los sentimientos actuales con los de entonces. Aquellos tiempos de rencillas están olvidados y han dado paso a la tolerancia y la convivencia. Son dos lugares excepcionales, disponen de atractivos, ofrecen servicios de diversa índole y cuidan el bienestar de sus vecinos. El aspecto de sus cascos antiguos las nuevas e irracionales construcciones, afortunadamente, se han alzado fuera del perímetro inicial poco ha cambiado siendo dos ejemplos de belleza y ornato.

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