Por Susana Crea, licenciada en Farmacia UBA, Universidad de Buenos Aires
Un aspecto importante a no descuidar en nuestra dieta es la de introducir o potenciar la presencia de frutas y verduras crudas, es decir lo más cercanas a su estado natural ya que de esta forma tendremos una fuente segura de vitaminas y a muy bajo precio.
No sólo es necesario saber que debemos utilizar alimentos frescos sino cuándo hemos de hacerlo y en qué proporción.
Todas nuestras comidas deberían comenzar con alimentos crudos, sea en forma de ensaladas o frutas. Al menos el 10% de la dieta. Respetar este orden y comenzar por ejemplo nuestras comidas con una ensalada, no sólo mejorará nuestra digestión sino también para los que tienen problemas de peso, contribuirá a reducir la cantidad de comida de manera natural. Pasar largas horas en la cocina preparando platos muy elaborados no es necesariamente sinónimo de una comida completa o equilibrada, la pérdida de vitaminas con la mucha cocción, la abundancia de frituras y de grasas hacen que el colesterol suba y las vitaminas bajen. Cocinar de manera inteligente implica cocinar de manera sencilla y natural conservando los principios vitales de los alimentos.
Hay que saber que cuanto más color tenga la verdura, más vitaminas tendrá. Atención a las lechugas, cuanto más verde mejor. Tenemos que desterrar esa idea de limpiar las lechugas hasta que nos queden casi blancas. Sólo se deben quitar las hojas marchitas. Incluir en las ensaladas hojas verdes como las espinacas, diente de león, chicoria, apio, pimientos, zanahorias, coliflor cruda , etc. ayuda a bajar el colesterol, a prevenir el cáncer, a perder peso y a controlar la diabetes. Los vegetales consumidos en crudo aportan fermentos o enzimas que nos ayudan a digerir los alimentos y a compensar los ácidos del estómago.
Otro aporte importante de las verduras crudas es la gran cantidad de fibra que poseen. La fibra aumenta de volumen en el estómago y produce sensación de saciedad. Por lo tanto, si comenzamos nuestra comida con la ensalada, naturalmente comeremos menos en el segundo y tercer plato.
www.lasdietasdesusana.blogspot.com
Un aspecto importante a no descuidar en nuestra dieta es la de introducir o potenciar la presencia de frutas y verduras crudas, es decir lo más cercanas a su estado natural ya que de esta forma tendremos una fuente segura de vitaminas y a muy bajo precio.
No sólo es necesario saber que debemos utilizar alimentos frescos sino cuándo hemos de hacerlo y en qué proporción.
Todas nuestras comidas deberían comenzar con alimentos crudos, sea en forma de ensaladas o frutas. Al menos el 10% de la dieta. Respetar este orden y comenzar por ejemplo nuestras comidas con una ensalada, no sólo mejorará nuestra digestión sino también para los que tienen problemas de peso, contribuirá a reducir la cantidad de comida de manera natural. Pasar largas horas en la cocina preparando platos muy elaborados no es necesariamente sinónimo de una comida completa o equilibrada, la pérdida de vitaminas con la mucha cocción, la abundancia de frituras y de grasas hacen que el colesterol suba y las vitaminas bajen. Cocinar de manera inteligente implica cocinar de manera sencilla y natural conservando los principios vitales de los alimentos.
Hay que saber que cuanto más color tenga la verdura, más vitaminas tendrá. Atención a las lechugas, cuanto más verde mejor. Tenemos que desterrar esa idea de limpiar las lechugas hasta que nos queden casi blancas. Sólo se deben quitar las hojas marchitas. Incluir en las ensaladas hojas verdes como las espinacas, diente de león, chicoria, apio, pimientos, zanahorias, coliflor cruda , etc. ayuda a bajar el colesterol, a prevenir el cáncer, a perder peso y a controlar la diabetes. Los vegetales consumidos en crudo aportan fermentos o enzimas que nos ayudan a digerir los alimentos y a compensar los ácidos del estómago.
Otro aporte importante de las verduras crudas es la gran cantidad de fibra que poseen. La fibra aumenta de volumen en el estómago y produce sensación de saciedad. Por lo tanto, si comenzamos nuestra comida con la ensalada, naturalmente comeremos menos en el segundo y tercer plato.
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