30.1.09

Entrevista a Dª Mila Calvo Saval

30/01/09, Callosa d´en Sarria

Hay personas que casi sin darnos cuenta se convierten en parte de nuestras vidas. No porque sean de nuestra familia o les conozcamos muy de cerca, sino por el simple hecho de ver su cara día tras día, año tras año, de encontrarnos con su sonrisa y echarla en falta cuando de pronto ya no les vemos, dándonos cuenta que les vamos a echar de menos.

Con una de esas personas vamos a hablar hoy. Se trata de Mila Calvo Saval, una mujer que ha llevado a nuestros hijos y a muchos de nosotros al cole trabajando de conductora del autobús infantil escolar durante muchos años y que hace poco se ha jubilado.


D´Aci: Buenas tarde Mila. ¿Cuántos años hace que empezó a trabajar como conductora del autobús escolar?

M.C.S.: Hace 29 años. Primero empecé como cocinera en la guardería y después ya me pasaron al transporte, de conductora.

D´Aci: Un cambio muy sorprendente. ¿Cómo ha sido eso?

M.C.S.: Bueno, yo es que estuve viviendo y trabajando en Paris durante 17 años. Es allí donde me saque los permisos, el normal y el de primera, para conducir el transporte escolar. Cuando vine aquí es cuando empecé a trabajar en la guardería de cocinera y después en una furgoneta pequeña llevaba a los niños. Cuando me hicieron la conductora oficial del ayuntamiento, deje la cocina. Entonces ya pusieron un autobús grande y ya hicieron el transporte del colegio nacional, el transporte de la guardería y el transporte al polideportivo. Trabajaba la jornada completa, desde las 8 y media de la mañana hasta casi las 8 de la tarde.

D´Aci: Supongo que si incluso hoy en día no se ven muchas mujeres conductoras, en aquel entonces, parecería aún más extraño…

M.C.S.: Pues si, en aquella época creo había muy pocas mujeres con carnet de primera, por no decir ninguna.

D´Aci: ¿Le gustaba su trabajo?

M.C.S.: ¡Me encantaba mi trabajo! El coche siempre me ha gustado mucho. Los niños también. Y conducía siempre muy bien! Empecé a conducir ya en Francia. Allí trabajaba en una empresa de limpieza, de jefe de personal, cogía mucho el coche. Llevo ya 44 años conduciendo.

D´Aci: Llevando a tantos niños en autobús todos los días, supongo que se sentía responsable por ellos y su seguridad…

M.C.S.: Hombre, ¡mucha responsabilidad! ¡Y la cabeza siempre bien despejada!

D´Aci: ¿Ha tenido alguna vez algún susto?

M.C.S.: No, nunca. Bueno, que te vayas por la mañana y te encuentras alguna rueda pinchada, pero eso no es susto, no me ha pasado nada serio. Y mira que a veces hay niños que son de pronóstico reservado (se rie) y tienes que tener mucho ojo con ellos y decirles a veces “¡estate quieto!” para que se tranquilicen. Es más difícil trabajar con los niños que con adultos.

D´Aci: ¿Con los niños de qué edad ha trabajado?

M.C.S: Pues de los niños muy pequeños, de guardería, de menos de 5 años, de los que iban siempre con algún acompañante, hasta los niños ya grandes, de colegio, de 13 años, que iban al fútbol. Esos son los más difíciles de llevar. Pero bueno, bien, el trayecto es pequeño.

D´Aci: Ahora que se va a jubilar ¿Cómo se siente al respecto? ¿Va a echar de menos su trabajo?

M.C.S: Pues no, de momento no lo echado de menos, ha pasado muy poco tiempo.

D´Aci: ¿Cómo piensa aprovechar todo ese tiempo libre que tiene de pronto?

M.C.S: Pues no lo se todavía. Tengo una madre que cuidar, que tiene 97 años. Por allí ya tengo un “mediotrabajo”, aunque no es igual porque ya no tengo que acudir a la hora, no me molesta. Después más adelante ya veré que hago, de momento me gusta estar jubilada, me gusta.

D´Aci: Aprovechando la ocasión ¿qué le gustaría decir o desear a todos los niños que ya no la van a ver todos los día en el bus?

M.C.S: ¿A los niños? Pues que les vaya bien. Aunque creo que ya no le tengo que decir nada porque todos los niños me conocen. Los niños que a lo mejor ya tienen 30 años, están casados y con hijos. Yo a veces no los conozco y ellos me llaman: “¡Mila, Mila!”(se rie). Los niños es lo mejor que hay, a pesar de que a veces se propasan un poco, pero bien, en un momento vuelven a ser adorables…

Mila Calvo (a la izquierda) con sus compañeras y un grupo de niños en noviembre de 1986

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