16.6.08

Los Sacramentos de la Iniciación Cristiana.


13/06/08 , Callosa d´en Sarriá

Próximamente, (el 21 junio, a las 20:00 hrs.) en nuestra Parroquia, tendremos la celebración del Sacramento de la Confirmación, es bueno tener en cuenta la siguiente reflexión:

Los tres primeros sacramentos de la Iglesia –bautismo, la confirmación y la Eucaristía- aparecen desde el principio formando parte del proceso que se debe seguir para hacerse cristiano, es decir, de la iniciación cristiana. Iniciación a la vida de un grupo ya constituido, que exige la trasmisión de una tradición viva recibida de los mayores y el aprendizaje del lenguaje simbólico del grupo; es el proceso de socialización, de progresiva introducción en el grupo, de asimilación gradual de los valores comunitarios, socioculturales y religiosos.

La Iglesia no es un grupo social más; ella misma es misterio: sacramento de la Redención universal. Se precisa una iniciación para entrar en ella. El ideario de la Iglesia es un depósito de fe revelado, que se trasmite a través de una tradición viva, y sus misterios son sacramentos en sentido estricto.

En la iniciación es decisiva la participación activa de la comunidad de los ya iniciados: es ella que acoge y acompaña a los iniciados, influye en ellos y se compromete con ellos. La Iniciación cristiana es también un proceso eclesial: la iniciadora es la Ecclesia Mater en el ejercicio privilegiado de su maternidad. La Iglesia es el lugar y el ámbito de la iniciación.

El sujeto de la iniciación, es el hombre o mujer libre, capaz de actos personales y conscientes de adhesión, con voluntad de agregarse al grupo. La iniciación no va dirigida solamente a la mente, al hombre interior, sino al hombre con toda su realidad corporal-espiritual. Este se somete libremente a un proceso personal de transformación radical en su condición social o religiosa. El carácter personal de la iniciación cristiana se manifiesta sobre todo en la importancia que reviste la fe en todo el proceso: la fe como actitud personal de adhesión radical de todo el ser a la Persona del Redentor.

En la iniciación cristiana el primer paso, primordial, es la evangelización, que tiene como finalidad la conversión y la fe. Viene luego la formación en la fe, donde la fuerza de la Palabra juega un papel insustituible. La formación doctrinal ocupa un espacio importante en la preparación del iniciado. Por eso en todo tiempo han formado parte del programa de formación los ejercicios ascéticos, así como una variedad de ritos litúrgicos que culminan en los tres sacramentos de la iniciación cristiana.

En el cristianismo la iniciación al misterio se realiza principalmente en las acciones sacramentales. <> (CIC 1212). Estos tres sacramentos, se presentan como una unidad, formando parte de una única celebración. La razón de esta unidad es que los tres concurren juntos a asegurar la progresiva configuración del creyente con Cristo y su plena agregación a la Iglesia y a llevar a los fieles a su pleno desarrollo (RICA, 2). Son tres etapas de un único proceso de progresiva introducción en el misterio de Cristo, de configuración con Cristo y de agregación a la Iglesia.

La Eucaristía, celebración plenaria del misterio cristiano, se considera como el término del camino, la meta final, el culmen de la iniciación: <> (RICA 13). El bautismo y la confirmación tienden por su naturaleza hacia la comunión eucarística. El bautismo, puerta de la vida espiritual, primera participación en el misterio cristiano, marca el comienzo del itinerario iniciático, el momento fundacional. La confirmación, perfeccionamiento y prolongación del bautismo, hace avanzar a los bautizados por el camino de la iniciación cristiana (RC 1), disponiéndolos para participar plenamente de la Eucaristía.

Estos tres sacramentos revisten importancia capital para el resto de la vida cristiana: constituyen su fundamento.

Por Javier García Barrera, CORC, Párroco de San Juan Bautista de Callosa D’ En Sarrià.

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