
El nuevo hallazgo desmonta la creencia que se tenía hasta ahora y que apuntaba que los restos arqueológicos del Tossal respondían a un poblado íbero. Los nuevos datos nos trasladan a hace unos 2.000 años y nos sumergen en tiempos convulsos plagados de guerras civiles romanas y la fortificación o castellum de Benidorm, junto a las del Cap Negret de Altea, Ifach de Calpe, Portet de Moraira y el del Montgó, forman parte de un plan de fortificación mandado construir por el general Sartorio para controlar la navegación de las naves del Senado Romano que rebasaban el cabo de la Nao y tenían como destino el puerto de Cartagena. Según ha indicado la profesora de arqueología de la UA Feliciana Sala “este yacimiento nos ha dado mucha información y se ha convertido en el modelo del resto de fortines costeros”. Asimismo, Sala ha señalado que se trata de “la muralla más antigua del Sureste peninsular”. El alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, la primer teniente de alcalde, Gema Amor, y la edil de Patrimonio Histórico, Eva Mayor, han visitado este martes el enclave para supervisar los trabajos de lo que todos han coincidido en calificar de “descubrimiento histórico” para Benidorm.
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