Alcalde, vecino y amigo de Polop. Tres años y algo mas de tres meses que se fué
Redacción.
Esta redacción ha decidido de forma extraordinaria ocupar una portada en homenaje a Alejandro Ponsoda. No lo hace por el hecho de que sea una fecha determinada, ni porque lo hayan pedido sus vecinos. Muy al contrario lo hace porque su imagen ha sido injustamente mancillada por compañeros que se llaman periodistas, pero que a nuestro entender no practican mas que un vergonzoso acto de crueldad contra aquellas personas que conocieron a Alejandro y le estimaban como persona. Por supuesto, este articulo va en desagravio de sus hijas y familiares que tanto han sufrido y que han de soportar que un periodico como el denominado “ustedprimero” utilicen la imagen del ya fallecido Ponsoda como reclamo para su numero inaugural. Nada mas miserable. Ya es sabido que la prensa amarilla, la de mal gusto y pocos escrúpulos, esta de moda. Nos asalta por doquier en muchos medios este tipo de periodismo. Pero aún para quienes tienen un bajo concepto de la dignidad de las personas, resulta chocante un artículo como el que este rotativo publicase recientemente en su primer número. Se hace la pregunta del millón: ¿derecho a la información o respeto a la intimidad? Pero en periodismo no todo vale. En primer lugar porque la persona de la que se habla no puede defenderse de tales acusaciones. Su vida, la que fuese, era de él, y es completamente indiferente que siendo o no siendo verdad lo que se dice, sea ético ni moral airear sus supuestos asuntos privados. Sobre todo porque eran suyos y porque ya no esta para defenderse de dichas acusaciones. En segundo lugar porque, si alguien ha de decir algo en este sentido, debería de ser la policía, y entendemos que no es necesario torturar mas a sus seres queridos basándose en suposiciones que hoy por hoy no son públicas en la investigación que se lleva a cabo. En definitiva, el crimen de una persona, su vida, el dolor de sus familiares y amigos no puede ser moneda de cambio para ningún medio. Alejandro Ponsoda fue alcalde de Polop de la Marina, para muchos un buen alcalde, para otros una buena persona. Pero hasta aquellos que no congeniaban con él o que no le conocían pueden entender que este asalto a la intimidad de un fallecido es un exceso innecesario. El pueblo, como siempre, es sabio. Poco despues de la salida del mencionado rotativo, era dificil encontrarlo el Polop o en poblaciones cercanas. Preguntando a algunos vecinos sobre donde podiamos obtener un ejemplar, nos respondían: “en ningun sitio, la gente lo tiro a la basura”. Es sin duda un buen lugar para un periodismo de denominación homónima. En estas tierras la gente prefiere respetar la memoria de los que trágicamente se fueron. La crueldad y el morbo, por una vez, no vende.