Por Elena Lunyova
Creo que a todo el mundo le ha tocado “parecer” alguna vez para caer bien a alguien en una circunstancia especial. Sabemos todos que simple “ser” a veces no es suficiente para conseguir algo en la vida. ¿Pero es asi?
Ante una situación determinada tenemos tres opciones: La primera es “parecer” para caer bien. La segunda es “ser”, como se es, natural… La tercera sería buscar una opción correcta sin afectar nuestra propia personalidad, o sea, hacer ese esfuerzo.
En el primer caso vamos a ser francamente hipócritas, con una sonrisa falsa, aplastando nuestro propio “yo” y convirtiéndonos en siervos de los demas. ¿Para que nos conviene eso? Solo para conseguir algunas metas en la vida, pero por un camino que nos hace perder toda la naturalidad, que es la que permite el autentico disfrute y felicidad. ¿Como van a conocernos? Solo por el personaje que vamos a interpretar. Por eso no vamos a vivir nuestra vida, sino la del otro, una vida fantasma... Al final todo depende de los principiosde cada uno. La satisfaccion iría en proporción de la integridad de esa persona.
En el segundo caso vamos a “ser” muy auténticos. Pues, si somos unas personas integradas en la sociedad donde vivimos, todavía nos podemos permitir ese lujo. Pero si somos de una cultura diferente, con costumbres distintas de la gente autóctona, eso puede chocar y provocar un posible rechazo. Claro, siendo uno mismo,cada cual puede disfrutar plenamente de su vida, pero siempre que los demás acepten como eres y no intenten interferir en tu vida.
En el ambito del trabajo, por supuesto, hay que adaptarse siempre, pero todavia tenemos la tercera opción: la diplomacia, flexibilidad y compromiso. Es un remedio para todas las ocasiones. Podemos, sin cambiar nuestra autenticidad, ser correctos. ¿Y como conseguirlo? Segun la opinión de la psicologa Patricia Cabrera Sena, “Haces lo correcto cuando, sin dañar, intentas actuar a favor de tus principios, valores, prioridades y sueños. Dándole crédito a tu pasión, siempre y cuando en ese acto no lastimes a otros. Ni sacrifiques los ideales ni proyectos de otros. Cuando percibas construcción en el camino, a pesar del sudor y las lágrimas. Cuando avanzas aunque las tormentas te arrastren muchas veces con vientos en contra, huracanados, que te mareen, te confundan, y te tiren al piso y te llenen de barro. Harás lo correcto cuando una parte sana de ti sienta el placer del deber cumplido, de la tarea realizada, de pequeñas metas ganadas a pesar de tanta lucha. Haces lo correcto cuando aún tragando lágrimas sonríes con el placer silencioso de haberlo siempre intentado. El resto la vida lo acomoda misteriosamente de un modo tal que al final de cada camino siempre hay lecciones para anotar en el libro del destino. Ese libro que cada uno debería tener bajo el brazo, donde cada experiencia se registra aprendiendo de ella, reflexionando, aceptando, negociando, preguntando, creciendo...”
“Tu potencial solo lo descubrirás si dejas de fijarte tanto en lo que otros opinen y te condicionen. Rompe cadenas y llega a TUS metas... “
Ante una situación determinada tenemos tres opciones: La primera es “parecer” para caer bien. La segunda es “ser”, como se es, natural… La tercera sería buscar una opción correcta sin afectar nuestra propia personalidad, o sea, hacer ese esfuerzo.
En el primer caso vamos a ser francamente hipócritas, con una sonrisa falsa, aplastando nuestro propio “yo” y convirtiéndonos en siervos de los demas. ¿Para que nos conviene eso? Solo para conseguir algunas metas en la vida, pero por un camino que nos hace perder toda la naturalidad, que es la que permite el autentico disfrute y felicidad. ¿Como van a conocernos? Solo por el personaje que vamos a interpretar. Por eso no vamos a vivir nuestra vida, sino la del otro, una vida fantasma... Al final todo depende de los principiosde cada uno. La satisfaccion iría en proporción de la integridad de esa persona.
En el segundo caso vamos a “ser” muy auténticos. Pues, si somos unas personas integradas en la sociedad donde vivimos, todavía nos podemos permitir ese lujo. Pero si somos de una cultura diferente, con costumbres distintas de la gente autóctona, eso puede chocar y provocar un posible rechazo. Claro, siendo uno mismo,cada cual puede disfrutar plenamente de su vida, pero siempre que los demás acepten como eres y no intenten interferir en tu vida.
En el ambito del trabajo, por supuesto, hay que adaptarse siempre, pero todavia tenemos la tercera opción: la diplomacia, flexibilidad y compromiso. Es un remedio para todas las ocasiones. Podemos, sin cambiar nuestra autenticidad, ser correctos. ¿Y como conseguirlo? Segun la opinión de la psicologa Patricia Cabrera Sena, “Haces lo correcto cuando, sin dañar, intentas actuar a favor de tus principios, valores, prioridades y sueños. Dándole crédito a tu pasión, siempre y cuando en ese acto no lastimes a otros. Ni sacrifiques los ideales ni proyectos de otros. Cuando percibas construcción en el camino, a pesar del sudor y las lágrimas. Cuando avanzas aunque las tormentas te arrastren muchas veces con vientos en contra, huracanados, que te mareen, te confundan, y te tiren al piso y te llenen de barro. Harás lo correcto cuando una parte sana de ti sienta el placer del deber cumplido, de la tarea realizada, de pequeñas metas ganadas a pesar de tanta lucha. Haces lo correcto cuando aún tragando lágrimas sonríes con el placer silencioso de haberlo siempre intentado. El resto la vida lo acomoda misteriosamente de un modo tal que al final de cada camino siempre hay lecciones para anotar en el libro del destino. Ese libro que cada uno debería tener bajo el brazo, donde cada experiencia se registra aprendiendo de ella, reflexionando, aceptando, negociando, preguntando, creciendo...”
“Tu potencial solo lo descubrirás si dejas de fijarte tanto en lo que otros opinen y te condicionen. Rompe cadenas y llega a TUS metas... “
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