Por Susana Crea, licenciada en Farmacia UBA, Universidad de Buenos Aires
Más fácil, imposible!....nada de yogurteras o yogures comercializados con azúcar, sabores o trozos de fruta….tantas variedades en las neveras de los supermercados que me hacen perder las ganas de encontrar el mísero yogur natural, sin azúcar y desnatado!...
Cuando lo encuentres, ponlo en la cesta junto con un cartón de leche semi o desnatada….Llegas a casa, coges un cazo y viertes medio litro (más o menos) del cartón…lo pones al fuego para entibiarlo….pruebas la temperatura con el dedo (asumiendo que te lavas las manos a conciencia cuando entras en la cocina)…apagas la llama, abres un yogur natural sin azúcar y lo viertes en el cazo revolviendo bien con un tenedor para dejarlo homogéneo….coges un termo bien limpio, enjuagado con agua caliente y viertes el futuro yogur en el mismo….tapas, sin llegar a hacerlo herméticamente…(déjalo respirar un poco, está vivo!) y te olvidas de él por unas horas en un ángulo “tranquilo” de tu cocina (por ejemplo, cerca de los fogones)….también lo puedes cubrir con un paño, dependiendo de la temperatura ambiente necesita de 5 a 8 horas. Si lo haces por la noche a la mañana siguiente tu yogur está listo…vacías el termo en un bote de cristal y directo a la nevera! Es ideal para beber, desayunar con frutas o frutos secos, preparar un muesli, reemplazar a la leche en los cereales de los niños y usarlo para cocinar en lugar de la nata, con la condición de no hervirlo sino agregarlo cuando la salsa esté tibia…
Recuerda siempre que el azúcar es el enemigo del calcio, si azucaramos leche y yogures impedimos que el calcio se absorba, aparte de añadir calorías “vacías”. Si tienes niños pequeños “entrénalos” desde el principio para aprender disfrutar de los sabores sin que estén enmascarados por el azúcar, el dulce de una fruta, la acidez de un yogur…de esta forma evitarán problemas de salud cuando sean mayores.
Encontrarás más ideas útiles en mi blog y página de facebook: Las Dietas de Susana
www.lasdietasdesusana.blogspot.com
Cuando lo encuentres, ponlo en la cesta junto con un cartón de leche semi o desnatada….Llegas a casa, coges un cazo y viertes medio litro (más o menos) del cartón…lo pones al fuego para entibiarlo….pruebas la temperatura con el dedo (asumiendo que te lavas las manos a conciencia cuando entras en la cocina)…apagas la llama, abres un yogur natural sin azúcar y lo viertes en el cazo revolviendo bien con un tenedor para dejarlo homogéneo….coges un termo bien limpio, enjuagado con agua caliente y viertes el futuro yogur en el mismo….tapas, sin llegar a hacerlo herméticamente…(déjalo respirar un poco, está vivo!) y te olvidas de él por unas horas en un ángulo “tranquilo” de tu cocina (por ejemplo, cerca de los fogones)….también lo puedes cubrir con un paño, dependiendo de la temperatura ambiente necesita de 5 a 8 horas. Si lo haces por la noche a la mañana siguiente tu yogur está listo…vacías el termo en un bote de cristal y directo a la nevera! Es ideal para beber, desayunar con frutas o frutos secos, preparar un muesli, reemplazar a la leche en los cereales de los niños y usarlo para cocinar en lugar de la nata, con la condición de no hervirlo sino agregarlo cuando la salsa esté tibia…
Recuerda siempre que el azúcar es el enemigo del calcio, si azucaramos leche y yogures impedimos que el calcio se absorba, aparte de añadir calorías “vacías”. Si tienes niños pequeños “entrénalos” desde el principio para aprender disfrutar de los sabores sin que estén enmascarados por el azúcar, el dulce de una fruta, la acidez de un yogur…de esta forma evitarán problemas de salud cuando sean mayores.
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