Por Susana Crea, licenciada en Farmacia UBA, Universidad de Buenos Aires
Si os gusta la verdura tanto como a mí, llegará el momento que en vuestra nevera encontréis los “restos” de la compra del mercado: un tomate maduro, 2 zanahorias, apio, perejil, un trozo de calabaza…un calabacín, etc. Como queda muy poco de todo y ya a punto de marchitarse es muy probable que termine en el cubo de la basura en poco tiempo…Este es el momento de preparar un estupendo minestrone, antes de hacer la compra de nuevas verduras.
Coger las verduras que queden en la nevera, un par de calabacines, unas zanahorias, apio (éste nunca debe faltar), una cebolla, un puerro, coliflor, tomate, un par de dientes de ajo, nabos, alcachofas, etc. ….todo va bien, las únicas verduras que no se incluyen en un minestrone (según mi experiencia) son las berenjenas y las patatas. Cortamos finamente las piezas y las echamos en una olla grande con agua, llevando a ebullición…guisantes y legumbres no deberían faltar…alubias, garbanzos o lentejas.
Y si queréis dar un gusto especial a vuestro minestrone, pimentón y algunas guindillas serán el secreto. Casi al final de cocción, podemos agregar las verduras de hojas, unas acelgas o incluso lechuga (finamente cortadas) y un poco de aceite de oliva virgen.
Ya preparado, tendremos un excelente primer plato para varios días si lo conservamos en la nevera y seguramente cada vez que preparemos un minestrone tendrá un nuevo sabor! Ideal, sobre todo para todos aquellos que siguen una dieta de adelgazamiento.
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