Por Javier Garcia Barrera, CORC, Párroco de Callosa d´en Sarrià
Una vez más contemplamos a la Madre de Dios, Nuestra Señora de las Injurias, en sus fiestas, y visitando las calles del pueblo; en este Año Jubilar. Son muchas las ilusiones, las horas de trabajo, los preparativos para estos días en que nos congregamos en torno a nuestra patrona, centro y causa de nuestra alegría.
Sabemos que hay dos grupos en nuestra comunidad, los que sólo piensan en la ausencia del trabajo, en la bebida, la comida, la fiesta; pero hay otro grupo minoritario quizás, pero como les reconoce la Sagrada Escritura, el resto fiel del pueblo de Yahvé; estos son quienes reviven su amor a la Virgen del Remedio y esperan verla en su camino a la Iglesia parroquial, poniendo a los pies del trono, la ofrenda de flores que alegrará el templo en estos días de fiesta.
En las procesiones lucen las balconeras con la Imagen de la Patrona y se contempla la emoción que brota en algunos corazones, que al paso de la Sagrada imagen, muestran su respeto poniéndose de pie y dejando correr por sus mejillas las lagrimas de gratitud y cariño por la Señora del cielo.
Son muchos los que en estos días compartirán las celebraciones eucarísticas, participaran de las procesiones, rezarán por sus seres queridos enfermos, por los que ya han muerto y pedirán por sus necesidades materiales y espirituales.
Pero tristemente, también hay quienes sufrirán y harán sufrir por la falta de templanza y prudencia en sus acciones, palabras y pensamientos.
Terminemos con la oración de nuestro Obispo:
Madre y Señora nuestra, Patrona de los callosinos
escucha nuestra oración, en este año de gracia y siempre.
Bendice e nuestras familias, cuida de nuestros mayores, guía a jóvenes y niños, y llévanos de tu mano hasta vernos en el cielo, Amén.
Una vez más contemplamos a la Madre de Dios, Nuestra Señora de las Injurias, en sus fiestas, y visitando las calles del pueblo; en este Año Jubilar. Son muchas las ilusiones, las horas de trabajo, los preparativos para estos días en que nos congregamos en torno a nuestra patrona, centro y causa de nuestra alegría.
Sabemos que hay dos grupos en nuestra comunidad, los que sólo piensan en la ausencia del trabajo, en la bebida, la comida, la fiesta; pero hay otro grupo minoritario quizás, pero como les reconoce la Sagrada Escritura, el resto fiel del pueblo de Yahvé; estos son quienes reviven su amor a la Virgen del Remedio y esperan verla en su camino a la Iglesia parroquial, poniendo a los pies del trono, la ofrenda de flores que alegrará el templo en estos días de fiesta.
En las procesiones lucen las balconeras con la Imagen de la Patrona y se contempla la emoción que brota en algunos corazones, que al paso de la Sagrada imagen, muestran su respeto poniéndose de pie y dejando correr por sus mejillas las lagrimas de gratitud y cariño por la Señora del cielo.
Son muchos los que en estos días compartirán las celebraciones eucarísticas, participaran de las procesiones, rezarán por sus seres queridos enfermos, por los que ya han muerto y pedirán por sus necesidades materiales y espirituales.
Pero tristemente, también hay quienes sufrirán y harán sufrir por la falta de templanza y prudencia en sus acciones, palabras y pensamientos.
Terminemos con la oración de nuestro Obispo:
Madre y Señora nuestra, Patrona de los callosinos
escucha nuestra oración, en este año de gracia y siempre.
Bendice e nuestras familias, cuida de nuestros mayores, guía a jóvenes y niños, y llévanos de tu mano hasta vernos en el cielo, Amén.
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