Por Francisco Saval Román, Concejal del Grupo Minicipal del Partido Popular, Benidorm
La estrategia del grupo municipal socialista, lo que Agustín Navarro llama “hoja de ruta”, no tiene secretos: sabotear cuanto sea posible la gestión del equipo de gobierno y deteriorar al máximo la vida municipal. Su objetivo no es otro que preparar el asalto a la Alcaldía de Benidorm, desoyendo así lo que dijeron los ciudadanos de Benidorm en las elecciones de mayo de 2007. Esa estrategia pasa por los plenos, donde la nueva mayoría ha encontrado el escenario idóneo para dejar al descubierto sus ambiciones. El problema es que sus desmedidas ansias de alcanzar el poder sin pasar por las urnas, les ha llevado a cometer enormes errores, como ya hicieron el 10 de julio, al presentar una batería de mociones con las que arrebatar competencias exclusivas del alcalde. Así lo han corroborado todos los informes jurídicos emitidos tanto por la Secretaría General, como por la Intervención del Ayuntamiento de Benidorm. Pese a ello, siguen empeñados en obligar al alcalde a prevaricar, tratando de forzarle a ejecutar unos acuerdos que ya han sido declarados ilegales. Su última intentona la realizaron en el pleno ordinario del pasado 27 de agosto, donde no quisieron ni oír hablar de los recursos presentados contra los acuerdos ilegales del pasado mes de julio. Y ¿por qué no quisieron ni oír hablar de esos recursos proponiendo que se sacaran del orden del día, para debatirlos en un próximo pleno? ¿Por qué se negaron a votar esos recursos y trataron de enmascarar su abstención no votando? A esta pregunta tendrán que responder en su momento, pero hay indicios suficientes para encontrar la respuesta acertada. De haber votado en contra, como era de esperar ante unos recursos presentados contra su propuesta del 10 de julio, se hubiesen visto en la tesitura de tener que ir a explicar ante el juez muchas cosas. Cosas como, por ejemplo, por qué se manifestaron en contra de cumplir y hacer cumplir la Ley, tal y como prometieron en su día al tomar posesión de su cargo. La única escapatoria que han encontrado ha sido la de no votar, es decir, la abstención, y ya veremos si no ponerse del lado de la Ley, aunque sea por omisión, no es también una forma de incurrir en un presunto delito de prevaricación. Lo que quedó meridianamente claro en el pleno del pasado 27 de agosto es que Benidorm tiene un alcalde, Manuel Pérez Fenoll, que no se deja amilanar por quienes quieren secuestrar la voluntad popular a base de artimañas, amenazas y presiones veladas. Les molesta un alcalde que gobierna y trabaja con criterio y honestidad, y que no va a permitir sabotajes de ningún tipo. Que nada ni nadie lo va a apartar del camino que le trazaron la mayoría de los benidormenses en las elecciones de 2007 y que piensa cumplir con ese mandato de los ciudadanos hasta el año 2011. En democracia, los plazos los ponen los ciudadanos, no lo concejales tránsfugas o la oposición mayoritaria. ¿Quién es Agustín Navarro para poner un plazo de una semana al alcalde para que convoque una moción de confianza y para, desde la más absoluta prepotencia, amenazar a un alcalde elegido por el pueblo?.
La estrategia del grupo municipal socialista, lo que Agustín Navarro llama “hoja de ruta”, no tiene secretos: sabotear cuanto sea posible la gestión del equipo de gobierno y deteriorar al máximo la vida municipal. Su objetivo no es otro que preparar el asalto a la Alcaldía de Benidorm, desoyendo así lo que dijeron los ciudadanos de Benidorm en las elecciones de mayo de 2007. Esa estrategia pasa por los plenos, donde la nueva mayoría ha encontrado el escenario idóneo para dejar al descubierto sus ambiciones. El problema es que sus desmedidas ansias de alcanzar el poder sin pasar por las urnas, les ha llevado a cometer enormes errores, como ya hicieron el 10 de julio, al presentar una batería de mociones con las que arrebatar competencias exclusivas del alcalde. Así lo han corroborado todos los informes jurídicos emitidos tanto por la Secretaría General, como por la Intervención del Ayuntamiento de Benidorm. Pese a ello, siguen empeñados en obligar al alcalde a prevaricar, tratando de forzarle a ejecutar unos acuerdos que ya han sido declarados ilegales. Su última intentona la realizaron en el pleno ordinario del pasado 27 de agosto, donde no quisieron ni oír hablar de los recursos presentados contra los acuerdos ilegales del pasado mes de julio. Y ¿por qué no quisieron ni oír hablar de esos recursos proponiendo que se sacaran del orden del día, para debatirlos en un próximo pleno? ¿Por qué se negaron a votar esos recursos y trataron de enmascarar su abstención no votando? A esta pregunta tendrán que responder en su momento, pero hay indicios suficientes para encontrar la respuesta acertada. De haber votado en contra, como era de esperar ante unos recursos presentados contra su propuesta del 10 de julio, se hubiesen visto en la tesitura de tener que ir a explicar ante el juez muchas cosas. Cosas como, por ejemplo, por qué se manifestaron en contra de cumplir y hacer cumplir la Ley, tal y como prometieron en su día al tomar posesión de su cargo. La única escapatoria que han encontrado ha sido la de no votar, es decir, la abstención, y ya veremos si no ponerse del lado de la Ley, aunque sea por omisión, no es también una forma de incurrir en un presunto delito de prevaricación. Lo que quedó meridianamente claro en el pleno del pasado 27 de agosto es que Benidorm tiene un alcalde, Manuel Pérez Fenoll, que no se deja amilanar por quienes quieren secuestrar la voluntad popular a base de artimañas, amenazas y presiones veladas. Les molesta un alcalde que gobierna y trabaja con criterio y honestidad, y que no va a permitir sabotajes de ningún tipo. Que nada ni nadie lo va a apartar del camino que le trazaron la mayoría de los benidormenses en las elecciones de 2007 y que piensa cumplir con ese mandato de los ciudadanos hasta el año 2011. En democracia, los plazos los ponen los ciudadanos, no lo concejales tránsfugas o la oposición mayoritaria. ¿Quién es Agustín Navarro para poner un plazo de una semana al alcalde para que convoque una moción de confianza y para, desde la más absoluta prepotencia, amenazar a un alcalde elegido por el pueblo?.
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