En el último número hemos empezado hablar sobre la importancia de respirar bien y los beneficios que puede proporcionar una respiración correcta a nuestra salud. ¿Pero cómo podríamos averiguar si respiramos bien? Puedes realizar este ejercicio de pie o sentado, pero con columna muy recta:
• Sin dejar de respirar como siempre, coloca tu mano en el vientre.
• Nota cuando respires si tu abdomen se infla cuando aspiras o cuando expiras.
• Si tu abdomen se infla cuando aspiras, estás respirando de la forma adecuada.
• Si tu abdomen se infla cuando expiras, corrige tu forma de respirar: deja que el aire al aspirar infle tu abdomen como si este fuese un globo. Y cuando expire, contrae el abdomen.
• Una vez que tienes consciente esta forma de respirar, realiza tres respiraciones: aspira en ocho segundos hasta que tu abdomen este lleno e inflado. Aguanta tu respiración cuatro segundos y expira en ocho segundos, hasta que puedas sentir que ya no tienes más aire.
• Quédate sin aire unos cuatro segundos y repite nuevamente.
• Pon atención en cómo se mueven tus músculos abdominales, pues estos son importantísimos en el mecanismo de respiración.
Durante el día, cuando te sientas cansado y tenso, atiende tu forma de respirar, observa si estás respirando adecuadamente. Y cada vez que te sorprendas encorvado, enderézate, saca el pecho y respira como se indicó. Educar nuestra forma de respirar es mucho más sencillo de lo que se piensa, basta con que tengamos el cuidado y la atención y que nuestra respiración no deje de ser natural, pero consciente.
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